domingo, 12 de febrero de 2012

El chavo del ocho


Me encuentro cotorreando con mis camaradas, de esas beses que todos están echados en el sillón muy juntitos y palpándose los senos. Mis amigo llevan los apodos de; el madre (chavo alto, con la risa mas babosa), el basura (aquel que esta traumado con su moto), el chino (el junior de la pandilla, su jefe es dueño de un lujoso restauran del centro), el tiringas (el desnutrido), el doni (el  chamaco del basura) y el cepillo (el que se siente la eminencia sexual). Sinceramente no me acuerdo de los nombres de estos cábulas.


Después de una riña muy agresiva sexualmente, entre el cepillo vs chino, salió victorioso como siempre el tiringas (siempre les da vuelta con todo), traumado con el chavo del ocho, mas que nada es que siento que se identifica con el (por mugroso), le puso al canal 5 en donde curiosamente lo estaban televisando. La pandilla le empezó a hacer burla, y entre uno de tantos comentarios, el que destaco, que se la chaqueteaba con el chavo del ocho, riéndonos todos, con coraje lo empezamos a masa panear, al grado de que lo hicimos declararse homosexual. En un abrir y cerrar de ojos se apareció la china (la hermana del chino) y defendiendo a su macho,  nos empezó a aventar de la botana que se encontraba en la mesa, así empezando una riña entre el bando rudo y técnico. De una patada espartana que le propine al cepillo, pues ya saben sin querer queriendo, lo avente en contra de la mesa y embarrándose de salsa picante y refresco, rompí la mesa, sin duda alguna todos contribuimos a levantar, claro la mesa. De hacendosos nos pusimos entre que levantábamos los escombros de aquella estrepitosa caída, pateábamos al cepillo, ya saben de esas patadas de amigo que no lo dejábamos parar.


Ya levantado el cepillo y los chicharrones en el recogedor (ósea yo), los lleve al bote de basura, de repente escuche un grito  de angustia y desesperación, que me espanto, el tiringas corrió hacia mi como si alguien se hubiera lastimado o hubiera ocurrido un accidente, él me dijo espérate Que todavía sirven y sacándoles del recogedor se puso los que pudo en una mano y con la otra dirigió uno hacia su boca, “es una porquería de ser humano”.  Cansados de tanta pela, nos salimos a cotorrear un rato, sacamos ranflas y motos, armados hasta los dientes con tenedores y cucharas nos fuimos al convivio, que un día antes nos avían invitado. Llegamos como patrones, bajándonos de las unidades con tremenda velocidad como si fuéramos a golpear a alguien (nos gusta llamar la atención).

2 comentarios:

  1. Hola! compañero. Tus entradas están muy mal redactadas. No tienen coherencia. Hay demasiados errores de puntuación y acentuación. Deberías ser menos oral.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias compañera. Solo esque no le he dedicado tiempo, prometo hacerlo mas.

      Eliminar