miércoles, 22 de febrero de 2012

En brama

Una noche aburrida. Un convivio bastante pedorro. Lo único interesante fueron las muchachas que estaban sentadas en la esquina, las cuales se encontraban solas.
Ya aburrida la banda y en brama, nos dispusimos a conectar a esas rorras. El primero en atacar fue el cepillo, con singular forma de hablar y bastante varonil dijo: “¿hola nenas les puedo invitar una copa y unos amigos?” a lo cual ellas solo lo voltearon a ver con cara de asco y lo batearon. El regreso casi chillando a brazos del tiringas. “que maricas”.
Yo me arme de valor, y me dispuse a hacer lo que nadie había logrado esa noche. Me puse pedo.
Pues solo borracho les hablo a las damas. Ya con no se cuantas chelas encima, me sentí que me la sabia de todas.  Claro yo no soy tonto, pues lo que he aprendido es hablarle primero a la mas feíta, sacarla a bailar y al final pedirle que me presente a sus amigas. “la típica”.
Siempre les ha dicho a mis compadres, “esa no falla”. Ya encabronado con el zapateo y la gente gritándome, “báilala”, me avente las vueltas de maromero, aquellas en donde me arrodillo y después brinco…
“Cuando bailo y ligo no hay nadie que me detenga”. No falto la descocida que se me arrimo (bastante bien dotada). Nos miramos y nos preguntamos nuestros nombres. La verdad no recuerdo como se llamaba la dama. Con una mano le tomaba a la chela y con la otra detenía la mano de aquella dama. Estaba con mis dos amores.
En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba dándome tremendo atas con la chica. Y después me ocurrió lo peor el tirngas ya estaba dando su espectáculo, y también el culo. Vomitando por todas partes y orinando en las chelas de los demás. Es un mugroso.
Me avente la de rápido y furioso (nos fuimos rápido y enojados). Claro antes de irnos le pedí el fon a la chica. Y con promesas de si te voy a ver la abandone.
Enojados con el tiringas, pues porque no se supo comportar lo golpeamos (como siempre).
Lo hicimos pedir perdón en nombre de todos los meseros del mundo.
De camino a casa pasamos a un OXXO. Compramos unas chelas, para el calor, y unos tabacos. Cheleando y fumando, recordamos con gracia, que el tiringas a donde va marca territorio.
Ya casi llegando a mí casa, se nos sierra una camioneta…

No hay comentarios:

Publicar un comentario