martes, 28 de febrero de 2012

Chivateando


Declaraciones fuertes  las que mis compañeros de la clase de redacción me hicieron, pues me entere de a quien pretenden los muchachos.  “No mencionare nombre  aunque si diré lo que me contaron”. No sé porque no lo confiesan ellos mismos.
Yo, cuando los escuche, me impacte.  Son dos camaradas a los que llamaremos: por sobrenombre Juanito y Jacinto.
En una tarde de bares se pusieron sentimentales, y me confesaron sus más íntimos secretillos.
Juanito es mi mero valedor. Tiene tendencias homosexuales. Dice que es boxeador de peso cucaracha a pesar de que Jacinto no le crea. Yo le creo, nada más porque me cae bien. El esta enamorado de cierto chico que lleva por nombre Víctor ¿Por qué dios creo a los maricas?  Les gusta apuñalar por la espalda.
Solo que no se lo ha querido confesar porque no sabe cómo decirle a su novia que es joto.
“Venga Juanito anímate, dile lo que sientes”. Confiésale que se te hace agua a la canoa. Solo espero que Víctor no lo rechace. Si de por si le esta costando trabajo salir del closet.
Jacinto según  él es Espinoza  Paz. La verdad lo dudo pues no quiere confesarle su amor a la dama. Ella es una muchacha que dice que tiene una relación estable. Como es posible. Sí   le compones versos, poemas y canciones. Hasta gravaste en un maguey, tu nombre y el suyo, encerrado en un corazón.
Que compañeros tengo. Los dos sufren de la misma herida. Tan grandotes y chillones. Si pudiera hacer que hablaran y solucionaran sus problemas. Son mis cuates y los estimo. Me gustaría ayudarlos.
Mis compañeros con los que llevo la clase de redacción, me caen bien. Me gusta molestarlos y por lógica me molestan a mí también. He visto de todo. Se descosen en sus proyectos. Unos se declaran infieles, poetas, aventureros  y hasta deportistas.  Algunos más me aburren. Mencionan cuando se bañan, comen y cuando van al baño. He llegado a lo conclusión que todavía nos falta mucho para poder redactar bien. Pero nadie como mi amigo, Arón, del que casualmente no había hablado. El si es todo un champion.
Jacinto aprende del ejemplo de Aron. Tú eres una linda mariposa. Ya en confesiones, en las noticias vía lago que colmo la perra paciencia. En el distrito federal. Un matrimonio gay, por fin pudo adoptar a un niño. Hijos de su put... Juanito perdóname no es para ti.

miércoles, 22 de febrero de 2012

En brama

Una noche aburrida. Un convivio bastante pedorro. Lo único interesante fueron las muchachas que estaban sentadas en la esquina, las cuales se encontraban solas.
Ya aburrida la banda y en brama, nos dispusimos a conectar a esas rorras. El primero en atacar fue el cepillo, con singular forma de hablar y bastante varonil dijo: “¿hola nenas les puedo invitar una copa y unos amigos?” a lo cual ellas solo lo voltearon a ver con cara de asco y lo batearon. El regreso casi chillando a brazos del tiringas. “que maricas”.
Yo me arme de valor, y me dispuse a hacer lo que nadie había logrado esa noche. Me puse pedo.
Pues solo borracho les hablo a las damas. Ya con no se cuantas chelas encima, me sentí que me la sabia de todas.  Claro yo no soy tonto, pues lo que he aprendido es hablarle primero a la mas feíta, sacarla a bailar y al final pedirle que me presente a sus amigas. “la típica”.
Siempre les ha dicho a mis compadres, “esa no falla”. Ya encabronado con el zapateo y la gente gritándome, “báilala”, me avente las vueltas de maromero, aquellas en donde me arrodillo y después brinco…
“Cuando bailo y ligo no hay nadie que me detenga”. No falto la descocida que se me arrimo (bastante bien dotada). Nos miramos y nos preguntamos nuestros nombres. La verdad no recuerdo como se llamaba la dama. Con una mano le tomaba a la chela y con la otra detenía la mano de aquella dama. Estaba con mis dos amores.
En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba dándome tremendo atas con la chica. Y después me ocurrió lo peor el tirngas ya estaba dando su espectáculo, y también el culo. Vomitando por todas partes y orinando en las chelas de los demás. Es un mugroso.
Me avente la de rápido y furioso (nos fuimos rápido y enojados). Claro antes de irnos le pedí el fon a la chica. Y con promesas de si te voy a ver la abandone.
Enojados con el tiringas, pues porque no se supo comportar lo golpeamos (como siempre).
Lo hicimos pedir perdón en nombre de todos los meseros del mundo.
De camino a casa pasamos a un OXXO. Compramos unas chelas, para el calor, y unos tabacos. Cheleando y fumando, recordamos con gracia, que el tiringas a donde va marca territorio.
Ya casi llegando a mí casa, se nos sierra una camioneta…

domingo, 12 de febrero de 2012

El chavo del ocho


Me encuentro cotorreando con mis camaradas, de esas beses que todos están echados en el sillón muy juntitos y palpándose los senos. Mis amigo llevan los apodos de; el madre (chavo alto, con la risa mas babosa), el basura (aquel que esta traumado con su moto), el chino (el junior de la pandilla, su jefe es dueño de un lujoso restauran del centro), el tiringas (el desnutrido), el doni (el  chamaco del basura) y el cepillo (el que se siente la eminencia sexual). Sinceramente no me acuerdo de los nombres de estos cábulas.


Después de una riña muy agresiva sexualmente, entre el cepillo vs chino, salió victorioso como siempre el tiringas (siempre les da vuelta con todo), traumado con el chavo del ocho, mas que nada es que siento que se identifica con el (por mugroso), le puso al canal 5 en donde curiosamente lo estaban televisando. La pandilla le empezó a hacer burla, y entre uno de tantos comentarios, el que destaco, que se la chaqueteaba con el chavo del ocho, riéndonos todos, con coraje lo empezamos a masa panear, al grado de que lo hicimos declararse homosexual. En un abrir y cerrar de ojos se apareció la china (la hermana del chino) y defendiendo a su macho,  nos empezó a aventar de la botana que se encontraba en la mesa, así empezando una riña entre el bando rudo y técnico. De una patada espartana que le propine al cepillo, pues ya saben sin querer queriendo, lo avente en contra de la mesa y embarrándose de salsa picante y refresco, rompí la mesa, sin duda alguna todos contribuimos a levantar, claro la mesa. De hacendosos nos pusimos entre que levantábamos los escombros de aquella estrepitosa caída, pateábamos al cepillo, ya saben de esas patadas de amigo que no lo dejábamos parar.


Ya levantado el cepillo y los chicharrones en el recogedor (ósea yo), los lleve al bote de basura, de repente escuche un grito  de angustia y desesperación, que me espanto, el tiringas corrió hacia mi como si alguien se hubiera lastimado o hubiera ocurrido un accidente, él me dijo espérate Que todavía sirven y sacándoles del recogedor se puso los que pudo en una mano y con la otra dirigió uno hacia su boca, “es una porquería de ser humano”.  Cansados de tanta pela, nos salimos a cotorrear un rato, sacamos ranflas y motos, armados hasta los dientes con tenedores y cucharas nos fuimos al convivio, que un día antes nos avían invitado. Llegamos como patrones, bajándonos de las unidades con tremenda velocidad como si fuéramos a golpear a alguien (nos gusta llamar la atención).