lunes, 12 de marzo de 2012

Corazón de pollo


Jamás entendí los celos. Mi novia me abandono pues mis compañeras me mandan mensajes. Que culpa tengo yo. No comprende que yo la quiero mucho pero no puedo seguir aguantando sus celos. Los viernes que la veo se la pasa feliz. Todos los otros días se la pasa peleando conmigo.

La conocí hace un año. Ella trabajaba en una vinatería, y como buen borracho yo ahí compraba mis víveres. Es una muchacha de estatura promedio, muy practicona, de ojos muy claros y bastante guapa. Su nombre es Danna.

Nos empezamos a llamar y posteriormente a salir juntos. Como a los dos meses de conocernos nos hicimos novios, y nos empezamos a toquetear. Como al mes de ser novios me empecé a portar cortante pues todavía no podía superar el dolor que me había causado la madre de mi hijo. La trataba mal. Quise hacer que pagara lo que a mí me habían echo. Que tonto.

Ella siempre me soporto esos maltratos. Me llamaba unas 10 veces al día. Yo solo le contestaba una. Nunca entendí porque ella estando tan guapa: me aguantaba tanto. Muchos hombres estaban tras de ella, pero ella me prefirió a mí.

No lo valoraba.  Como a los seis meses de ser novios: terminamos. Y como todo patán empecé a salir con otra chava a los dos días de haber terminado. Para mí simplemente fue una aventura; para ella una apuñalada por la espalda. A pesar de lo mala onda, siguió estando a mí lado.

Con frases que saque del faceboock: la convencí de regresar conmigo. Ya nada era igual. Se volvió  celosa, callada y no me quería aflojar. Yo me estaba enamorando; Danna me estaba perdiendo el encanto.
Intente de todo para volverla a cautivar hasta me aventaba las frases “te quiero tanto, como cuantas hormiguitas se necesitarían para ahorcar a un elefante”. Y ese tipo de cosas cursis.

Lógico me empecé a desesperar de que ella siguiera igual. Le deje de hacer caso, le seguía el pleito y comencé a mensaje arme con otras chicas.

A pesar de que a cada rato me corta: la sigo queriendo. Se que yo fui el culpable de que ella se porte de esa manera. Claro yo ando de ojete y me quejo de ella. Mirar a profundo es algo que tendré que hacer. Supongo que la tendré que dejar ir. Estoy herido del corazón.
Uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario